Perdida en la inmensidad de un profundo bosque, se encuentra esta edificación perteneciente al pasado industrial de la región. La que fuera una prospera villa llena de riqueza y abundancia se ha convertido en la actualidad en una auténtica selva. La naturaleza progresivamente va recuperando lo que era suyo, en un lugar que se respira mucha paz, pero también soledad y misterio.
La casa pertenecía a un capataz, un hombre prospero en los negocios de la época, pero desdichado en sus relaciones familiares. Su mujer se había ido a una edad temprana por culpa de una pneumonia inesperada, teniéndose que quedar al cuidado de sus dos únicos hijos, uno de ellos con una enfermedad mental incomprendida en aquellos años. Los obreros, que tenía que cruzar por estos caminos solitarios en invierno, decían escuchar los gritos de un ser humano. Dichos alaridos rompían el silencio del bosque, confundiendo el ambiente, dándole una pátina sobrenatural que aun hoy impera en los alrededores.
Recuerda, si quieres visitar este lugar, no lo hagas por la noche. La oscuridad y los ruidos extraños que te rodearan, bien te pueden hacer creer que el hijo del capataz está cerca. Un joven que nunca encontró la paz ni el consuelo. Un hijo que fue una maldición, una de las muchas que acecharon estos muros ahora caídos y ruinosos.
La casa del capataz
Este curioso camino adoquinado que lleva a la casa del capataz nos recuerda el camino de baldosas de oro de la célebre película "El Mago de Oz"
Adivinamos en este viejo cartel oxidado que está prohibido el paso
Entre las ramas se atisba el viejo caserón
Vetustas paredes exteriores
Los restos de puertas se agolpan en los alrededores de la casa
Detalle del pomo de una ventana
Restos de marcos de ventana y puerta metálica moderna para tapiar una de las entradas de acceso.
Varios detalles del ala lateral oeste
Puerta principal y detalle de forjado aún en buen estado
Viejas vigas nos advierten del peligro de derrumbe de este enclave
El interior está en muy mal estado
Detalle de ventana y escalera que da aceso a la primera planta
La puerta principal del caserón vista desde dentro
Esta estancia debía de ser el comedor o salón principal
Algunas revistas de los años 80
¡Kim Novak!
Puerta y estancia de la primera planta, en muy mal estado
Jean Gabin , un gran actor francés de cine clásico
La segunda planta está totalmente inacessible
Detalle desde la primera planta mirando arriba.
Pasillo y escalera
Los graffitis ya son un clásico de este tipo de lugares olvidados
Solo un buen equilibrista podría pasar por aquí
Símbolo nazi y posible pozo
Ventanas tapiadas
Escombros y más ruinas
Ala trasera del caserón con peligrosas bigas de madera que parecen caerse de un momento a otro
2 vistas exteriores
La maleza se adueña de este lugar engullendo lentamente lo que fue un esplendoroso jardín
Una extraña y moderna arquitectura para una casa en medio de la nada
3 puertas de hierro impiden la visita a curiosos (solo hay un pequeño e invisible aceso por el que se puede entrar)
Detalle de una de las paredes laterales
Bien claro está
Seguramente el capataz vigilaba a sus trabajadores desde alguna de estas ventanas
Pilón de cemento
Ya de vuelta, nos alejamos con paso firme por el camino adoquinado con una extraña sensación de sentirnos observados
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